LA MAYORDOMÍA DEL CORAZÓN


LA MAYORDOMÍA DEL CORAZÓN


I. INTODUCCIÓN


A. La Biblia, en el libro de Proverbios capítulo 4, versículo 23 hace la siguiente tajante e importante afirmación:

  • Cuida tu corazón más que nada en el mundo, porque es fuente de vida

B. De la observación de este pasaje podemos ver que hay tres palabras clave que han sido remarcadas: cuidar, corazón y vida. Este estudio se basará en el análisis de estos tres conceptos claves


II. EL CORAZÓN EN LA BIBLIA


A. En la antropología judía y, por tanto bíblica, el corazón no es lugar donde residían las emociones al contrario de cómo es identificado en nuestra cultura popular

1. La cultura popular occidental identifica el corazón con las emociones. Esta identificación comenzó a forjarse con el romanticismo que se dio lugar en Europa en el siglo XIX, desde entonces ha sido reforzándose más y más.

2. El corazón partido es la manera de expresar un desengaño amoroso. Hablamos de la prensa del corazón. También usamos la expresión, no tener corazón, cuando queremos señalar a una persona carente de emociones, especialmente de las positivas.

3. Para los judíos, las emociones no residían, como ya hemos indicado, en el corazón sino en las entrañas. El famoso pasaje de los evangelios en que Jesús al ver a las multitudes siente compasión por ellas, en el original griego dice literalmente, se le removieron las entrañas.

4. Nuestro lenguaje popular, a pesar de la fuerte y creciente identificación entre emociones y corazón, todavía retiene parte de esta influencia judía de relacionar las emociones con las entrañas. De este modo, cuando algo es emocionalmente significativo para nosotros afirmamos que es, entrañable. También, cuando una persona carece de todo tipo de sentimientos, las definimos como una persona sin entrañas.

B. El corazón en las Escrituras es usado de formas diferentes y siempre hemos de ver el contexto en el que aparece la palabra.

1. En ocasiones es mencionado como el centro de la fuerza física. Este es un concepto muy similar al que tenemos actualmente en nuestra cultura. La vida, en el sentido físico, mana del corazón.

2. Pero, a parte de aspecto físico, el corazón es utilizado en un sentido figurado como el centro de control, como el lugar donde residen nuestra voluntad y desde el que se controla nuestra vida. Dicho en un lenguaje que todos podemos entender, el trono desde el que se gobierna y controla todo nuestro ser, toda nuestra vida.

a. Es el cuarteL general de nuestro ser.

b. Es donde decidimos y ejecutamos nuestros proyectos vitales.

c. Es donde reside la moralidad, los valores, la conciencia.

d. Donde, tal y como indica Romanos, está escrita la ley natural de Dios.

e. Donde Cristo viene a vivir por medio de su Espíritu cuando nosotros le aceptamos:

(1) Por eso, invitamos a Cristo en nuestro corazón, porque es el centro de mando.
(2) Por eso mismo, le entregamos nuestro corazón.
(3) Tal y como dice la Escritura, donde está tu tesoro, allí está tu corazón.


III. DEL CORAZÓN NACE LA VIDA

A. El corazón decide, determina cómo vivimos.

1. Proverbios 23:7 indica que el ser humano es, tal y como decide en su corazón.

B. Jesús afirma que nuestras conductas exteriores nacen de nuestro corazón.

1. Mateo 13:24 nos dice que, de la abundancia del corazón habla la boca, también indica que, del tesoro de nuestro corazón sacamos.

2. Mateo 15:19 y siguientes señalan de dónde proceden todas las conductas pecaminosas que el ser humano lleva a cabo.

C. Por eso, por la importancia del corazón para el desarrollo de los proyectos vitales la Biblia afirma que se nos dará un corazón nuevo, un corazón de carne en sustitución del corazón de piedra que la persona tiene antes de conocer a Cristo. Ezequiel 11:19


D. Dios, continúa diciendo el profeta, nos va a dar un corazón nuevo, con una nueva capacidad, para un nuevo proyecto vital. Un corazón sensible a Dios. Ezequiel 36:25

E. Los estudiosos de la cultura humana distinguen tres niveles o capas en la manera de proceder de las personas:

1. Una primera capa, la más externa de todas, correspondería a las CONDUCTAS. Se trata de la parte más exterior y visible del comportamiento humano.

2. Sin embargo, esta capa más exterior está determinada por un segundo nivel, que son los VALORES. Cada conducta humana, cada cosa que hacemos o dejamos de hacer, está determinada, guiada o dirigida por un determinado valor.

3. Finalmente, la capa más interior, la menos visible del comportamiento humano, es la COSMOVISIÓN, nuestra visión de la vida. Es nuestra cosmovisión la que decide qué valores vamos a tener y estos que conductas vamos a vivir.

4. La cosmovisión es lo que la Biblia identifica como el corazón. El corazón determina los valores y estos, la conducta.

5. Por eso, Dios no está interesado en cambiar las conductas, que son únicamente síntomas, sino en cambiar el corazón, que es la raíz productora de las conductas.

6. La religión está interesada en moralizar –cambiar conductas externas- El cristianismo está interesado en transformar –cambiar los corazones que producen esas conductas.


IV. LA IMPORTANCIA DE CUIDAR EL CORAZÓN

A. Es el mandamiento de la Biblia

1. Es evidente que cuando la Palabra de Dios afirma que cuidemos el corazón no se está refiriendo al aspecto físico del mismo. Al menos, no únicamente a eso.

B. ¿Por qué debemos cuidar nuestro corazón?

1. Por su carácter engañoso. Jeremías 17:9-10

a. El corazón nos puede engañar a nosotros mismos. Somos especialistas en justificar, aceptar y dar por válido aquello que nos interesa, nos gratifica o deseamos.

(1) Podemos pasar por buenos lo que sabemos que es malo y viceversa.

(2) El corazón puede darnos todo tipo de razones para apoyar nuestros deseos e intenciones.

b. El corazón puede engañar a otros. Nuestro exterior puede disimular y camuflar las auténticas intenciones y deseo de nuestro corazón. Podemos dar una cara a los demás y tener un corazón que refleja cosas completamente distintas.

c. El corazón puede intentar engañar a Dios. En el evangelio de Juan capítulo 2, versículos 23 y 24 se nos dice que Jesús no se fiaba de las personas que aparentaban seguirle. La razón de su falta de confianza es que conocía el corazón de ellos, su auténtico interior, sus auténticas motivaciones.

Por esta misma razón, por el carácter engañoso y falso del corazón Dios prueba las intenciones del mismo y así lo indica Isaías 29:13 y Jeremías 12:2

2. Por su posible evolución

a. El corazón se puede volver endurecido. Juan 12:40; Hebreos 13:7 y 8. Un corazón endurecido es aquel que padece de esclerosis espiritual. Cada vez que la Palabra de Dios nos habla, llama nuestra atención sobre cosas que deberíamos cambiar en nuestras vidas o cosas que deberíamos incorporar, y hacemos oídos sordos a ese toque de atención nuestro corazón se endurece un poco. Este endurecimiento es progresivo y acumulativo. Cada vez se vuelve un poco más duro, menos de carne, más de piedra.

b. Insensible. Hechos 28:27. El corazón insensible es aquel que de tanto decir “no” a la Palabra y la voz de Dios ha perdido totalmente su capacidad de responder a ambos. Podemos ilustrarlo con nuestra exposición a tantas catástrofes que aparecen en la televisión. El primer día que vemos las imágenes de un terremoto o inundación nos conmueven hondamente. Sin embargo, después de varios días de estar expuestos a los mismos estímulos, estos acaban por perder toda fuerza impactante. Nos hemos vuelto insensibles a los mismos. Lo mismo puede suceder con nuestro corazón.

c. Malo. Un corazón que se endurece progresivamente puede llegar a convertirse en insensible, incapaz de responder. Pero un corazón insensible puede convertirse en un corazón malo. Este tipo de corazón está descrito en el pasaje del cual Hebreos 3:12 es el centro. Es un tipo de corazón que convierte el bien en mal, que piensa y maquina la maldad, que se alimenta de la misma y produce lo mismo.

d. Pagano. Jeremías describe en 9:26 el corazón pagano. Es aquel que en el exterior parece religioso y funcionar bien, sin embargo, en el interior, los valores, prioridades, actitudes y mentalidades que lo dominan son totalmente paganas. Un exterior religioso y un corazón pagano.

Este es un gran peligro para los creyentes. Desarrollar este tipo de corazón que, dado el carácter engañoso del corazón por definición, nos haga pensar que todo está bien porque el exterior aparenta religiosidad. Esta religiosidad aparente nos evita el tener que afrontar la realidad del interior de nuestro ser.


V. LA MAYORDOMÍA DEL CORAZÓN


A. La Biblia nos invita a tener un corazón perfecto delante de Dios. Una buena mayordomía del corazón pasaría, pues, por tener un corazón perfecto ante Dios. Véase para ello 1 Reyes 11:4; 1 Timoteo 1:5 y 2 Timoteo 2:22.

B. David es definido en la Escritura como alguien con un corazón perfecto delante de Dios, por tanto, de su propia vida y experiencia podemos deducir en qué consiste un corazón perfecto.

1. Un corazón perfecto no es un corazón que nunca comete errores o pecados

2. El corazón perfecto es aquel que responde a los estímulos de la Palabra de Dios

a. Busca activamente e intencionalmente comprender la voluntad de Dios para poder aplicarla.

b. Responde al pecado en arrepentimiento y confesión

(1) Podemos verlo claramente en la vida de David cuando cometió el pecado contra Urías el hitita tomando a su mujer y después asesinándolo. Confrontado por el profeta Natán confesó su pecado.

(2) También podemos observarlo después de cometer el pecado de mandar censar al pueblo. David reconoció su pecado y nuevamente respondió con un corazón arrepentido.

C. Cómo podemos mantener el corazón puro. Ideas prácticas

1. Pasar tiempo en la presencia de Dios. Necesitamos tiempo a solas y de calidad con Dios. El Salmo 139 nos dice que el Señor escudriña, observa, evalúa y valora los corazones. Dado el carácter engañoso de este necesitamos que sea el Señor, por medio de su Espíritu, quien vive en nosotros, quien pase revista a nuestro corazón.

2. Permitir que la Palabra de Dios nos examine. Hebreos 4:12 habla de la capacidad de esta Palabra para discernir las intenciones. Es una combinación perfecta, dejar que el Señor nos escudriñe y su Palabra nos ayude a discernir las intenciones auténticas, en ocasiones ocultas de nuestro propio corazón. Es imposible, creer lo contrario es una quimera, mantener un corazón puro sin pasar tiempo delante de la Palabra del Señor.

3. Poner su Palabra en nuestro corazón. El conocimiento de la Palabra, tal y como dice el Salmo 119 repetidamente (véase 119:11 entre otros) es el que nos permite no pecar contra Dios y/o reconocer el pecado cuando este es cometido.

4. Buscar cristianos que nos ayuden a no desarrollar un corazón malo. Es el consejo de Hebreos 3:12 y 13, el animarnos, estimularnos y ayudarnos mutuamente para impedir que la seducción del pecado no nos convierta en malo el corazón. Estamos hablando del auténtico compañerismo cristiano, el que nos ayuda a la práctica del bien y al amor. No estamos hablando de relaciones con cristianos que sólo sirven para la crítica y las actitudes destructivas.



VI. PREGUNTAS PARA DISCUSIÓN

A. ¿Qué has aprendido acerca de la mayordomía del corazón?
B. ¿Qué cambios deberías introducir en tu vida a la luz de lo que has aprendido?
C. ¿En qué modo, de qué manera sería diferente tu vida si pusieras en práctica esos cambios?
D. ¿Qué barreras pueden impedirte llevar a cabo estos cambios?

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